Se cruzaron nuestras trayectorias, las de una psicóloga psicocorporal y un músico percusionista flamenco. Ambos habíamos realizado desarrollos profesionales que nos hicieron darnos cuenta de que tenían en común sacar a flote emociones, habíamos experimentado lo tremendamente gratificante de mover sentimientos. Los dos, uno en los tablaos, en escenarios, en sus clases particulares; la otra en las sesiones de terapia y en sus talleres. Los dos compartíamos la formación en terapia reichiana, llevamos a nuestras espaldas procesos terapéuticos de años, en vegetoterapia caracteroanalítica. Procesos duros que te permiten paulatinamente conectar con la esencia de lo que somos, que te ayudan a ir desmontando la coraza que tuvimos que construirnos a lo largo de nuestra vida para sobrevivir. Nació una ilusión, quisimos irle dando forma y realidad. Para empezar, para situarnos y situaros, queremos transmitiros que comulgamos en la vida, trascendiendo lo profesional, con el paradigma ...